Viernes de la II semana del Tiempo Ordinario

Evangelio del dia y comentario - A podcast by Commento al Vangelo del giorno

LLAMADOS PARA ESTAR CON JESÚ' EN LA INTIMIDAD' FECUNDA DE LA CRUZ, DESDE LA CUAL PREDICAR EL EVANGELIO Y ECHAR LOS DEMONIOS DE ESTA GENERACIÓNLa voluntad de Dios es llamar a si. Estar en la voluntad de Dios es ir y seguir la llamada de Dios. La relación con Dios se realiza plenamente dentro de un llamar y un ir. Palabra, escucha, obediencia. En estas hay la alegría y el descanso. Se comprende porque en la Escritura y en la experiencia de los santos es recurrente la experiencia del descanso en la voluntad de Dios. Porque es el Señor quien quiso justo nosotros a su lado, con nuestros nombres, con nuestras historias, con nuestros carácteres, con nuestros defectos. Bien diferentes de los del mundo son los criterios de elección de Dios. Como fue para Davide, como por todos los profetas, Dios no se fija en la apariencia, sino en el corazón. Si ha mirado a aquellos doce hombres es porque conoció intensamente su corazón. Supo también quién lo habría traicionado, y lo llamò.Él conoce los suyos más de lo que ellos se conozcan a si mismos. Se puede descansar en la llamada del Señor porque es ella que desteja la garantía. Fijarse en nuestras capacidades, en la idoneidad de nuestros recursos humanos y espirituales es traicionar al Señor. Ocurriò a Pedro cuando, llamado a si de Jesús, mirándose a si mismo se paró y empezó a hundir en el mar; y luego, cuando presupuso en si una fidelidad granítica que en cambio se desmigajó por puro miedo; ilusiones trituradas que pero lo condujeron a un abandono total a la misericordia de Jesús. Ocurriò la misma cosa a Judas, que pero se juzgó y se condenó, creyó imposible el perdón, y se se suicidó.El demonio ataca siempre los llamados del mismo modo. Los agárra por el cuello de las mismas debilidades para empujarlos hacia la desconfianza y luego a la desesperación. En cambio el Evangelio de hoy nos enseña el auténtico y único camino a la paz y a la alegría: Jesús nos quiere con Él, y nos llama esencialmente para estar con Él. Nos conoce y por eso nos llama. Exactamente como somos ahora, Él sabe cómo hemos sido y también como seremos. El no tiene problemas con nosotros, y entonces ¿por qué tener problemas nosotros? Por orgullo, refino orgullo. Al contrario la Palabra de hoy es una buena noticia que nos invita a tener paciencia con nosotros mismos, a no querer hacernos santos y adecuados apretando los puños, a aceptar las imperfecciones, los defectos y echar como solapada tentación cada imagen ilusoria de lo que querríamos ser. Es el Señor que llevará fielmente a cabo su voluntad en nosotros. Porque todo está dentro de su llamada gratuita.En las crisis, en las dudas, hace falta volver siempre a las raíces de la llamada, que son el corazón y la voluntad de Dios. En la vida matrimonial, en el presbiterado, en la vida religiosa, y luego en el trabajo, en el estudio, en todo hay una llamada que nos precede, sobre la cual ha sido fundada nuestra vida. No somos nosotros el fundamento, es Él, es su llamada, su Gracia. En esta gratuidad, que desarma nuestro orgullo, podemos recomenzar cada día, aunque hubieramos pasado por una tormenta de tentaciones y pecados que parecen haberlo destruido todo. Su llamada es irrevocable, como lo ha sido por Israel. El abandono, el divorcio, la fuga siempre nacen de un error de perspectiva que nos hace intercambiar la arena con la roca. Basarse en la arena es cerciorarse la quiebra. Basarse en la Roca es garantizarse el éxito, exactamente como recita el Salmo 17:"Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador,mi Dios, el peñasco en que me refugio,mi escudo, mi potente salvación y mi baluarte.Él es el Dios que me ciñe de valory hace intachable mi camino;el que me da la rapidez de un ciervoy me afianza en las alturas;Me entregaste tu escudo victoriosoy tu mano derecha me sostuvo;me engrandeciste con tu triunfo,me hiciste dar largos pasos,y no se...

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