Los crímenes de la Línea 5. El caso de Encarnación Jiménez

Madrid, primavera de 2003. En los barrios de Salamanca, Carabanchel o Villaverde, la rutina de muchas ancianas se vio interrumpida de golpe por un miedo inesperado. Eran mujeres mayores, acostumbradas a la tranquilidad de sus casas, que de pronto se encontraron frente a alguien que llamaba a la puerta con una excusa inocente. Lo que ocurría después marcaría para siempre la memoria de la ciudad. Durante semanas, la alarma se extendió por las calles. Había un rostro familiar, una mujer corriente, que parecía confundirse entre los vecinos, pero cuyo rastro quedaba en las casas devastadas y en los cuerpos de quienes apenas podían defenderse. Un caso tan brutal que aún hoy, más de veinte años después, se recuerda como uno de los episodios criminales más impactantes de nuestro país.