La venganza que esperó 7 años. El crimen de Ricardo Piris

Es una noche cálida de agosto en Lloret de Mar, 2000. Las calles del pueblo costero de Girona bullen con el frenesí del verano: risas, música, el tintineo de copas en los bares. En una calle apartada, una casa austera de tres pisos permanece en silencio, con las luces apagadas y una ventana entreabierta. Un coche estacionado acumula polvo, como si llevara días sin moverse. Dentro, el eco de un móvil que no para de sonar corta la quietud. Nadie responde. Algo terrible ha sucedido tras esas paredes, un secreto que tardará meses en salir a la luz, destapando una historia de dolor, venganza y traición que nadie en Lloret podía imaginar.